
Minerales críticos: la nueva geopolítica que desafía la transición energética global 12422h
La transición hacia un futuro energético más limpio y sostenible, impulsada por el crecimiento de los vehículos eléctricos, el almacenamiento en baterías y las energías renovables, ha traído consigo un aumento sin precedentes en la demanda de minerales críticos. Solo en 2024, la demanda de litio se disparó un 30%, mientras que la de níquel, cobalto, grafito y tierras raras creció entre un 6% y un 8%. Pero esta evolución, que en principio respalda la descarbonización del planeta, esconde una amenaza: la excesiva concentración de estos recursos en muy pocos países. 5e5vh
Según el Global Critical Minerals Outlook 2025 de la IEA, el suministro mundial de minerales clave está más concentrado que nunca. Entre 2020 y 2024, el dominio de los tres principales países refinadores de estos materiales pasó del 82% al 86%. En muchos casos, casi toda la expansión del suministro provino de un solo actor: Indonesia en el caso del níquel y China para el cobalto, el grafito y las tierras raras.
Un cuello de botella para la transición energética 366p4t
La IEA advierte que esta concentración creciente pone en jaque la seguridad energética global y podría generar cuellos de botella críticos justo cuando el mundo más necesita de estos minerales para alcanzar sus metas climáticas. Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia, subrayó: “La diversificación es fundamental para garantizar la fiabilidad, asequibilidad y sostenibilidad del suministro energético del siglo XXI. Pero el mundo de los minerales críticos va exactamente en la dirección opuesta”.
Fuente: IEA
Si bien la oferta actual parece suficiente y los precios han caído bruscamente desde los picos de 2021–2022 —el litio, por ejemplo, se ha desplomado más de un 80% desde 2023—, esta aparente bonanza es engañosa. El bajo precio ha frenado la inversión: en 2024, el gasto en desarrollo de minerales críticos solo creció un 5%, frente al 14% del año anterior. Además, la actividad exploratoria se estancó, y el financiamiento para nuevas iniciativas, especialmente de nuevos actores, está disminuyendo.
El caso del cobre y el futuro eléctrico 2cb59
Uno de los minerales que más preocupa a la IEA es el cobre. Imprescindible para la expansión de las redes eléctricas —especialmente en China, que ha liderado la demanda en los últimos dos años—, su proyección de oferta actual apunta a un déficit del 30% para 2035 si no se desarrollan nuevos proyectos. Esto podría poner en riesgo planes clave de electrificación, tanto en países en desarrollo como en economías avanzadas.
Exportaciones bajo presión y tecnologías emergentes aún centralizadas 6si5t
A ello se suma una tendencia creciente hacia las restricciones a la exportación: el 55% de los minerales estratégicos están ya sujetos a algún tipo de control, y estas medidas ahora también afectan a tecnologías de procesamiento, no solo a materias primas.
Incluso las tecnologías emergentes, como las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) o las de sodio-ion, que podrían diversificar la matriz tecnológica y reducir la dependencia de minerales como el níquel y el cobalto, siguen bajo dominio chino en cuanto a insumos clave como el sulfato de manganeso o el ácido fosfórico.
¿Qué se necesita ahora? Diversificación real y acción política 4v6e5a
La IEA subraya que, aunque los gobiernos están cada vez más conscientes del desafío, el progreso hacia cadenas de suministro más diversificadas es lento. Las proyecciones indican que la concentración apenas disminuirá en la próxima década si no se toman medidas decididas.
Fuente: IEA
El informe hace un llamado a los países a actuar con urgencia: diversificar proveedores, fomentar la inversión en nuevos proyectos sostenibles, fortalecer el reciclaje de materiales, y establecer alianzas estratégicas para evitar futuros choques de suministro que puedan encarecer las tecnologías limpias o retrasar los objetivos climáticos.
La revolución renovable avanza, pero la seguridad de su base material está en juego. La energía del futuro no solo se mide en watts, sino también en toneladas de litio, cobre y grafito. Y quién los controla, controlará también el rumbo de la transición energética global.
Comentarios r3o45
Sé el primero en comentar...