Según el análisis, basado en un reciente estudio de la consultora Ricardo, la implementación de un 40% de acero verde incrementaría el precio de un vehículo eléctrico solo en 57 euros para 2030. Para 2040, el costo de usar acero 100% verde sería solo 8 euros más comparado con el acero tradicional, debido a la tarificación de CO2 y la reducción en costos de producción. Sin embargo, la inversión necesaria para la producción de acero bajo en carbono depende de un mercado confiable.

La industria automovilística, que consume el 17% del acero de la UE, podría liderar esta demanda. T&E insta a los legisladores a establecer metas para el uso de acero verde en la fabricación de automóviles nuevos desde 2030.

Carlos Rico, experto en energías para el transporte de T&E en España, afirmó que “por menos de lo que cuesta cambiar un neumático, Europa puede construir una siderurgia ecológica. El coste adicional será insignificante y con el tiempo será más barato que el acero convencional. Pero primero necesitamos que los legisladores den el pistoletazo de salida al cambio al acero bajo en carbono en la industria del automóvil”.

El informe de la consultora Ricardo sugiere que Europa podría producir hasta 172 millones de toneladas anuales de acero con bajo contenido en carbono para 2030, suficiente para cubrir la demanda automotriz, que fue de 36 millones de toneladas en 2022. También prevé una reducción en el uso de acero debido al aligeramiento de peso en la próxima década.

T&E propone que al menos el 40% del acero en coches nuevos sea verde para 2030, aumentando al 75% en 2035 y al 100% en 2040. Los fabricantes deberían fijar objetivos medios para absorber los costos iniciales a través de modelos de gama alta, introduciendo esta meta mediante la normativa de la UE sobre vehículos al final de su vida útil, actualmente en revisión.

Carlos Rico agregó que el sector automovilístico, siendo el segundo mayor consumidor de acero, está en una posición ideal para liderar el mercado del acero verde en Europa, dado el valor elevado de los automóviles, especialmente de las marcas , que pueden absorber los costos iniciales del acero bajo en carbono.